Cuaderno digital de Yóselin Aguirre

Carta de Hayden a Jason: Alemania, 18 de octubre de 2015 Jason, solo quería decirte que les estoy eternamente agradecida por darme una vida. Fueron apenas días los que pasé con ustedes pero siempre os habeis preocupado por mí. ¡He aquí una de mis víctimas! Me enteré de lo que le pasó a Alaska por mi culpa, con su muerte se detuvo mi sed de venganza y odio que tanto tiempo me ha tenido presa, y así se cierra el ciclo de la miseria de mi existencia. ¡Pobre Jason alma generosa, alegre y devota! ¿Acaso me serviría de algo pedirte perdón? ¿Aceptarías mi perdón? Yo que sin consideración a nada destruí un ser a un ser tuyo tan preciado y querido... no podré perdonármelo nunca y no espero que tú lo hagas. Pero espero que no pienses que nunca me he sentido embargada por el remordimiento. Nunca volvería a encontrar sentimientos de tipo tan vengativo. Quise participar de la sensación de libertad pero la virtud es para mi un espejismo y la felicidad se ha convertido en odio. Tu eres mi creador,

Irlanda, 22 de noviembre de 2015 Ay mi querida prima, siento haberte dejado con este suspense, tenía pensado continuar el relato hace unos días pero no me encuentro bien de salud ultimamente. No debes preocuparte, se trata de apenas un resfriado que con los días desaparecerá por completo y volveré a ser el mismo de siempre. Como te conté, pasaron unos días en los que no dejamos salir a Hayden (así la bautizamos), esto parecía enfurecerla ya que tras suplicarnos y negarnos privaba su rostro de expresión alguna y se encerraba en la habitación que habíamos arreglado para ella. Pasaba horas ahí metida sin emitir ningún ruido, entendíamos que quisiera explorar pero aun nos parecía demasiado pronto y era algo en lo que Alaska y yo coincidíamos plenamente. Fue al sexto día de haber despertado, sucedió lo mismo, ella quiso salir y nosotros no la dejamos, pero en lugar de recluirse en su cuarto como llevaba haciendo los últimos días, arremetió contra Alaska que se encontraba frente a la puerta

Tercera carta a Madison Wood: Irlanda, 18 de noviembre de 2015 Recibí tu carta, y me alegra saber que tu idea de mi no ha cambiado, como me has pedido tan efusivamente que continúe aqui te tengo el resto del relato. Un botón era lo que nos separaba del triunfo o del fracaso. No aguantamos más y lo pulsamos, sin embargo no ocurrió nada, esperamos unos segundos y cuando empezamos a desilusionarnos escuchamos un fuerte zumbido procedente del cuerpo. Este se agitó levemente y abrió los ojos pero no se movió. Nos acercamos espectantes y vimos sus ojos, habiamos sustituido la sangre por una mezcla de aceite sellador y las venas por una solución electroquímica de galvanizado de cinc (queríamos evitar a toda costa la corrosión de los componentes metálicos de su cuerpo para alargar lo más posible su vida) esto le había dado un color grisáceo a sus ojos, no lo consideramos un problema, apenas era perceptible la diferencia. Además el azul eléctrico de su iris resaltaba mucho más. Lentamente gir

Segunda carta a Madison Wood: Irlanda, 15 de noviembre de 2015 Como prometí en mi anterior carta no te haré esperar más tiempo para las explicaciones. Desde el día del viaje me percaté que era un alma gemela a mi conciencia, y nuestras conclusiones fueron recíprocas, pues ella reconoció que hacía tiempo buscaba un amigo como yo, alguien con el que compartir proyector e ideas en común, pues si uno carece de esto, la vida y la alegría carecen de sentido y de ilusión. Fue así como decidió contarme sus planes. Hacía un tiempo que había empezado a estudiar una interfaz que usara patrones de ondas cerebrales para controlar extremidades robóticas. Me pareció una idea interesante por el uso médico que se le podría dar y el avance que supondría en nuestro área de estudios. Me propuso ayudarla a lo que acepté encantado y muy entusiasmado. Al principio resultó un poco caótico, Alaska ya tenía algunos de los conocimientos sobre electrónica que íbamos a necesitar, sin embargo tuve que ir docume

Primera carta a Madison Wood. Irlanda, 14 de noviembre de 2015 Querida Madison, te preguntarás el porqué de esta carta teniendo tan a mano nuestro más usado correo electrónico. Mantengo que mi necedad fue la que me impidió darles noticias mías durante mi viaje hasta estar instalado en mi nuevo hogar, sin embargo tuve bastantes importunios que me mantuvieron alejado de la sociedad en general, además a pesar de todos lo avances tecnológicos, en la zona en la que me encuentro actualmente no se dispone de señal o cobertura, es por este motivo que no pude comunicarme con nadie a mi llegada. Como bien sabes al terminar mis estudios decidí empezar a trabajar en un laboratorio experimental, dado que mi campo es la neurobiología resulta extraño e incoherente dónde he llegado a parar. Me siento en la obligación de narrarte la historia, te resultará impactante y aterradora igual que a mi, a pesar de haber vivido la experiencia en primera persona. Desde un principio tuve pensado establecerme en

Descripción técnica de una hamaca : Una hamaca es generalmente una lona o una red en forma alargada, fijada por sus dos extremos a dos puntos fuertes como árboles o paredes. Están fabricadas de diferentes materiales, generalmente se hacían con algodón y se teñían con tintes vegetales pero en la actualidad son comúnmente fabricadas con fibras de poliéster o polipropileno, siendo este último el más popularizado. Se cree que su origen viene de los marineros que las usaban para dormir más cómodamente ya que en estas no corrían peligro de caer al suelo por los continuos movimientos del barco. Aunque no es tan común, también se denomina por este nombre a las tumbonas plegables, ambas diseñadas para relajarse y descansar. Descripción literaria de una hamaca : Desperté. Un ligero, casi tierno viento mecía la hamaca en la que había estado descansando arrastrando a su paso mechones de mi cabello que habían quedado sueltos. Aun adormecida volví a acurrucarme, las finas y almohadilladas fi